jueves, 16 de julio de 2009

La ruta del campeón


LOS HÉROES Y LA COPA EN UN REGRESO TRIUNFAL E INOLVIDABLE. TODA LA GLORIA EN UNA CARAVANA INTERMINABLE. DE EZEIZA A LA PLATA, EN MÁS DE 7 HORAS.


Los hinchas aguardaban desde la mañana el avión. Ese que venía de Brasil con los leones y la Libertadores. Ese que se anunciaba para pasadas las 14 horas de un jueves histórico. La escena se iba gestando minuto a minuto. Autos y simpatizantes vestidos de rojo y blanco llegaban de manera incesante. Todos con el mismo objetivo: recibir a los campeones. Mientras tanto, en distintos puntos del camino, la gente también se ubicaba a un costado de la autopista, como en la Richieri, en la 25 de Mayo y en la Buenos Aires - La Plata. La misión era ver a los campeones. Los que fueron a Ezeiza, con el objetivo de ser partícipes de esa caravana de la victoria. Algunos de los que esperaban al borde de las mencionadas arterias, era para el simple hecho de ver pasar a ese plantel, el mejor de América.

Pasadas las 15;30, luego de aterrizar y hacer los protocolares trámites en Migraciones, los jugadores, algunos dirigentes y el cuerpo técnico partieron desde el Aeropuerto internacional en un micro descapotable, para dar inicio a la caravana de la gloria. Los héroes iniciaban el camino a La Plata. Escoltados por una gran marea albirroja subieron a la Richieri e iniciaron el camino. Con gorros, agitando banderas, cantando, saltando y exhibiendo la copa, el trofeo, como diciendo "acá está, la traemos a la Argentina". El congestionamiento de tránsito era un dolor de cabeza para los que trabajan y no eran partes del festejo, pero qué importaba a esa altura. Y ni hablar de la entrada a La Plata.


Ya en su ciudad, los campeones seguían sumando hinchas metro a metro, y desde el ingreso a La Plata hasta el centro el micro avanzaba verdaderamente a paso de hombre. El tránsito era un colapso total, el embotellamiento abarcaba muchas cuadras a la redonda, ya que esa caravana de 8 km. entró a La Plata para dirigirse al centro, más precisamente a Plaza Moreno, donde otra multitud esperaba desde hace varias horas que el plantel Pincha llegue al palacio Municipal, donde serían condecorados con premios y plaquetas, para luego salir al balcón. Una escena que se imaginaba como histórica, no tardaría mucho en ocurrir.

Casi 8 horas después de haber subido a la Autopista, en Ezeiza, el micro llegó al Municipio. Los campeones entraron, ante la locura de la gente, adentro y afuera. En el interior de la Municipalidad, los campeones fueron premiados por el Intendente platense en una ceremonia por demás de rápida. Porque el deseo de todos era uno: asomarse al balcón con la copa, para que las más de 70 mil personas que había en la Plaza explotaran en un aplauso y un grito de "dale campeón". Afuera, la multitud esperaba y a modo de anuncio que el momento cumbre se aproximaba, una cantidad enorme de pirotecnia hizo que la noche se iluminara, por un par de minutos. Los fuegos de articicio qe partían de la parte trasera del Municipio le daban un marco más espectacular a una escena de por sí impactante.

Y el momento llegó: en medio del caos, entre periodistas, cámaras, funcionarios y compañeros del plantel, Verón asoma a lo más alto del balcón, ante una plaza que explotó de manera automática. Los flashes y las cámaras de TV no se podían perder una postal memorable como la que se estaba dando. Como en los momentos más históricos de plaza de Mayo, como Perón o Alfonsín, el líder consagrado, Juan Sebastián Verón se dirigía a sus fieles, mostrando la copa Libertadores y tratando de hablar con la poca voz que le quedaba. La gente deliraba, era una noche mágica e inolvidable, cuando estaban por cumplirse 24 horas de puro festejo. Sabella fue el otro que dirigió la palabra, eufórico como pocas veces: "la ciudad está en orden", parafraseó a Raúl Ricardo Alfonsín. Y la gente se levantó en un rugido, otra vez. En ese momento empezaron canticos contra Gimnasia y la referencia a la Promoción, entre otras cosas. Pero sólo por un instante, ya que el delirio seguía por la obtención de la cuarta copa Libertadores. El último orador fue el Presidente, Rubén Filipas, que dejó otra gran frase, con un claro destinatario: "la mística nos pertenece", dijo el presi.

Fue un día después de la gesta del Mineirao. Fue otro día inolvidable. Otra jornada que quedará marcada en cada uno de los pincharratas. Los que fueron parte de ese festejo pocas veces visto en la Argentina y los que lo siguieron en vivo por TV. Los medios se rindieron a los pies de Estudiantes, salvo alguna obvia y repetida excepción. Nadie pudo negar que el campeón es el mejor, y que Estudiantes también ganó la copa a la hora de festejar. Fue un día inolvidable, como el anterior. Estudiantes y su mística lograron una victoria para la historia. La página dorada del 2009 ya está escrita. Y la gente estuvo a la altura de los hechos. Desde Ezeiza a La Plata, Desde el aeropuerto al Municipio, desde la autopista a las diagonales, una caravana de gloria que será tan inolvidable como el triunfo ante Cruzeiro. Salud campeones, los de adentro de la cancha, y los de afuera también.

1 comentario:

Darilo dijo...

Salud al Campeón de América!