EL PINCHA CONFIRMA UN GRAN MOMENTO

CON SOLIDEZ E INTELIGENCIA SUPO DAR EL GOLPE EN LA BOMBONERA
Como en la final inolvidable del Apertura 2006, Estudiantes le dió vuelta el partido a Boca. Ahora fue en la Bombonera, donde hacía 12 años que no lograba ganar, quebrando así una de las rachas más adversas del Pincha y consiguiendo el segundo triunfo consecutivo en el campeonato y el segundo consecutivo ante Boca (el último fue el torneo pasado 1 a 0 con gol de Maggiolo).

Para coronar las dos mejores semanas de este semestre, el León debió remontar el partido que había arrancado cuesta arriba, ya que los de Ischia se habían puesto en ventaja con un buen cabezazo de Viatri en la primera parte. En la etapa inicial Boca fue un poco más, y Estudiantes parecía estar lejos de reaccionar. Pero en el complemento, el Pincha salió con otra actitud (sumado a un Boca que no tuvo una buena segunda parte) y planteó distinto el partido, jugando de igual a igual y ganando en la zona media. Resultó útil el ingreso de Benítez para el dominio de la pelota, ya que el juego de Estudiantes en la segunda mitad fue de alto vuelo si hablamos de trato de pelota. Con los espacios, Galván tuvo un par de jugadas claras y en la tercera logró vencer el arco de García con un potente y bien colocado remate de zurda. Era el 1-1 y la cuestión era seguir con esa actitud. Por suerte la actitud no cambió, Boca no encontró la pelota y se terminó de caer anímicamente, y en este momento Estudiantes vió que el triunfo estaba a la vuelta de la esquina y fue a la carga por la victoria. 5 minutos después del empate, contra perfecta manejada por Verón que fue manejada por todo el mediocampo de derecha a izquierda con velocidad e inteligencia y la jugada muere con una falta a favor del Pincha en el borde del área local. Ideal para Benítez, que no dudó, y luego de un breve diálogo con la Brujita sorprendió a todos con un tiro bajo al palo del arquero que estaba tapado y no tuvo tiempo para la reacción. Después, no más de un sobresalto (un tiro de media distancia contra el arco de Andújar), y una ventaja que estuvo más cerca de extenderse que de expirarse. Estudiantes dominó la pelota a merced, imponiendo el ritmo de juego y manejando y fabricando los espacios de una manera formidable, para tocar durante minutos enteros y defenderse con el balón como hace rato que un equipo no lo hace en este estadio, ante la mirada de un Boca que parecía un espectador impotente al no poder interrumpir el juego y despliegue que desarrolló el León, en un segundo tiempo tan perfeco como el ciclo de Leo Astrada como DT, que en poco más de una semana, clasificó de ronda por la copa, ganó el clásico por quinta vez consecutiva para Estudiantes y, después de 12 años, hizo que el Pincha diera el golpe en La Boca.