Estudiantes no tuvo una buena noche este miércoles, en la primera final de la Sudamericana: con uno más durante más de un tiempo, Inter fue más y la derrota por la mínima sonó a precio.De entrada se lo notó dormido: en defensa mal parado y con dudas, en el medio perdiendo la pelea, con Galván perdido en la cancha y los delanteros aislados (Salgueiro no tuvo una buena). La noche parecía venir mal... desde la primera bocha el Pincha dejó en claro que ese era uno de esos días que es mejor no levantarse. Justo en la final viene a pasar. Verón era la bandera, más que nunca... todos lo buscaban, hasta en exceso. Hizo lo que pudo, todo lo que generó Estudiantes vino de sus pies.
El gol fue de penal (el típico y torpe penal de Desábato), pero pudieron haber convertido más que uno. Por la horrible actuación del León y por la buena noche de los Gaúchos. A Estudiantes no se le calló una sola idea, todo fue en base a centros frontales que la firme defensa o el seguro arquero simplificaban: no ganamos una de arriba.Fueron muy pocas las malas actuaciones de Estudiantes en el ciclo Astrada, y tiene la ventaja de que quedan 90 minutos para dar vuelta la historia en Porto Alegre, donde deberá salir a atacar y a jugársela de la forma que más sabe: buscando la hazaña. Esa es la ventaja de, habiendo jugado tan mal, perder sólo 1-0.
Queda la vuelta, seguramente con variantes, más allá del regreso del Chapu Braña (¡cómo lo sentimos el miércoles!) y la salida de Desábato, una vuelta que deberá jugarse a todo o nada, a matar o morir, como una final, con jugadores despiertos y con hambre de gloria. Tiene 90 minutos para darlo vuelta, es sólo un gol de diferencia.
¡LA JUGAMOS COMO UNA FINAL!
MÁS DE 35.000 LEONES VIBRARON AL RITMO DE LA FINAL, ARMARON LA MÁS GRANDE DE LAS FIESTAS EN EL CIUDAD DE LA PLATA Y REVENTARON LA NOCHE. HUMO, BANDERAS, PAPELES... TODO EL COLOR Y CALOR CON LA ILUSIÓN DE LA DÉCIMA ESTRELLA... ESPERAN RESPUESTA EN BRASIL


El camino fue largo, fue duro a veces. Momentos de suerte, de angustia, de buen juego... pasó de todo. Arrancó antes que el apertura en Avellaneda, y terminará en Porto Alegre: el Pincha no falló y llegó a la final de la Sudamericana. Con su 





juntos por primera vez en todas sus generaciones sentirán una final, y el verdadero significado de esa mística copera). Otro gran dato es lo que vivirá la Brujita, que resignó dinero por el Pincha, vino entero y logró salir campeón. Ahora una final copera... Y la Bruja tiene razón en su ecuación: resignar dinero no tiene precio. Volviendo al partido es obvio que no fue brillante, pero quedó visto que cuando no se puede jugando, tiene con qué meter para ganar batallas. Uno por uno, desde el arquero a los delanteros y los que entran, merecen un reconocimiento total de la parcialidad Pincha. Con un cambio de DT porque Sensini no logró encontrar el equipo (pero recordemos que el primer paso lo dimos con él) y la llegada del Jefe Astrada con un efecto motivante excelente, el Pincha no defraudó para lo que se pensaba al inicio del semestre: finalizando el mismo, el tiempo hizo que se decida por una de las dos competencias: fue por la copa... Y está en la final. Será cosa de jugársela, sabiendo quién tiene más chapa en el continente. Sobra ilusión, sobra pasión, sobra fútbol y coraje... Pero no hay que confierse; si con la humildad estamos en esta instancia, de la misma manera demos el paso Final...

Esta "batalla" tuvo una igualdad que al fin y al cabo resulta justa. En la pelea de las pelotas paradas se ve reflejado el resultado del partido: primero acertó Estudiantes con un tiro de esquina de Benítez para ponerse arriba 1-0 en el primer tiempo, con un cabezazo de Alayes que dio en el travesaño y luego Torrico la impulsó a su propia valla. En la segunda mitad, Argentinos fue quien encontró el empate con un cabezazo de Mercier, que apareció solo en el área Pincha (el centro partió de un tiro libre que solo el árbitro Sabino vio). Empate y nada más que esto. De aquí en más fue sólo descontrol. El reflejo de los desastres a nivel de árbitros que la AFA propone y la Conmebol acata. Porque teniendo un pariente amigo de Grondona es la única explicación que cierra para que Sabino dirija una semifinal internacional, con menos de dos campeonatos en primera. Le regaló un gol a Argentinos con un tiro libre inventado, luego no cobró uno que entró y ni él ni su asistente lo vieron. A Verón lo sacaron del partido a las patadas y ni tarjeta amarilla en su momento. Alayes terminó con la nariz rota y ni falta sancionó. El único acierto, cuando ya el partido se le había escapado de las manos de una manera increíble, fue expulsar a Desábato por un codazo y a Sabia por una entrada con plancha: ambos por doble amarilla, sino seguían en cancha.
La pelota quedó picando y la serie se define el próximo jueves en La Plata. El empate con gol de visitante parece dejar mejor parado a Estudiantes pero absolutamente nada está definido. Será cosa de jugar con todo un partido como una final, para así intentar llegar a la final de la copa, en un estadio que seguramente estará abarrotado de pincharratas que no descansan de ilusión. Argumentos sobran, la mitad de un paso difícil parece estar dado...

noche redonda, donde el hincha fue a festejar la clasificación copera y terminó aplaudiendo una actuación brillante. Así, el León queda a 8 puntos de San Lorenzo y Boca, los punteros del torneo. Pero claro, el objetivo principal de los de Astrada es la copa Sudamericana, por lo que ayer no concentraron Galván, Benítez ni Salgueiro. Demás está decir que una actuación como la de anoche ilusiona, porque manteniendo ese nivel el equipo tiene mucho más para ganar que para perder. La racha como local sigue, y ya son 41 los partidos invictos en La Plata, donde no pierde desde marzo de 2007.
Para destacar, la nota emotiva de la noche la dio el regreso a las canchas de Juan Huerta, ya que el León volvió después de dos años por una grave lesión (fractura) sufrida meses antes de que Estudiantes saliera campeón: una alegría enorme para todos, y una noche inolvidable para el jugador. 

noche. Y fue el principio del fin para los brasileños. De ahí en más, un Botafogo golpeado por la diferencia Pincha, no encontró serenidad y ni cuando Estudiantes le cedió la iniciativa supo qué hacer con la bocha. Más aún cuando Salgueiro, luego de una gran habilitación de la Brujita Verón puso el 2-0: partido liquidado, Botafogo debía marcar cinco goles para eliminar a los Albirrojos. Desde este momento todo estuvo demás, ya que pese a que el local pudo igualar la cosa en dos, Estudiantes, seguro e inteligente, supo que festejar era sólo una cuestión de tener la pelota, seguir impacientando al rival y ver como los minutos corrían y la multitud pincharrata, que se la jugó y acompañó en masa, gozó de una noche inolvidable, que 18 años después, le permite a Estudiantes volver a jugar una semifinal internacional.

